BIENVENIDAS/OS A MI MUNDO, AQUI ME DEJO LLEVAR POR LA IMAGINACIÓN, POR FAVOR RESPETA MIS HISTORIAS.. GRACIAS POR DEDICARME TU TIEMPITO !! LAP

lunes, 17 de mayo de 2010

Algo interesante para saber de Eclipse se los aseguro !! LAP

>>Datos curiosos acerca de Eclipse

En un principio el final iba a ser totalmente diferente.Esto era cuando
aun se planeaba que los libros iban a ser tres y no cuatro.
Sin embargo se desconoce cuál es ese final alternativo."Algún día
lo escribiré para que todos puedan leerlo"
,dijo Meyer cuando
el libro salió a la venta.

La cinta roja semi rota de la portada significa"elección",y alude a las
opciones que tiene Bella entre el amor de su novio vampiro Edward,y su
amistad con el hombre-lobo Jacob.

El que la cinta no esté rota de forma completa también significa que
Bella aún no puede desprenderse por completo de su vida humana.

El título tiene varias connotaciones,siendo la principal que Bella se
encuentra eclipsada (entre dos grandes alternativas):seguir siendo
humana o convertirse en vampiro.Otra sería el rol que ocupa Edward
con Jacob dentro de la historia,
estando el vampiro eclipsado por el hobre-lobo.

OOOHH !! Dios no me pude resistir y subi mas info es que de verdad es bueno saber cosas nuevas y otras tan solo recordarlas !!!
besos mis corazones !!

LAP


Un poco de info de Amanecer ,no pueden NO LEERLO!! LAP

>>Breaking Dawn:El último capitulo en el cine


En un principio el contrato de Summit Enterteinment era por los
tres primeros libros pero luego se extendio para toda la saga.
Robert Pattison fue el que confirmo la producción de la cuarta
entrega pero también dijo que no sabía las fechas.Ahora se sabe
que la pre-producción comenzará en noviembre.

Por su parte,Melissa Rosseberg afirmo que ya tiene escrito el
guión y se sabe que el mismo puede ser resumido o adaptado en
dos peliculas según lo decidido por los productores.Eso va a depender
del arreglo economico que hagan con los actores dado a que están
contratados por cuatro peliculas y no cinco.

Muchos especulan que se
realizaran dos filmes,y asi es como
también lo quiere Meyer,aunque no la
convence mucho por una razón :
"Dije que era imposible de filmar Breaking Dawn
por Renesmee.Se puede hacer casi todo con CGI
estos dias pero nunca he visto un humano hecho
asi que luzca real y una actriz no puede hacer de
Renesmee.Pero por supuesto que nuevas tecnologias
se desarrollaran todos los dias,asi que tal vez sólo
falta un poco de tiempo".

Luego de barajarse diferentes nombres para dirigir la
ultima (s) entragas,tales como Sofia Coppola y
Gus Van Sant,Summit se decidio por el ganador del
Oscar Bill Condor(Dreamgirls,Kinsey y Gods and Monsters).

"Estoy muy emocionado que me den la chance de traer
el climax de esta saga a la vida en la pantalla.
Como fan de la serie sé que éste es un libro como pocos
y por lo tanto estamos tratando de crear una experiencia
cinematográfica única"
,dijo Condor cuando se anuncio la noticia.

Por su parte Stephenie Meyer (quien también sera productora,lo
cual le dará mas control creativo)dijo estar muy emocionada y
ansiosa por ver qué aportará el director.

Espero que les guste la info que subi que la saque prestada de una resvista de aqui !!Las quiero y espero que se maravillen con lo nuevo tanto o más como yo !

LAP

Perdida ..capitulo 3:Fechas, nombres y datos


Capítulo III: Fechas, nombres y datos

(Bella's Point of View)

Había estado en la oficina durante toda la mañana del domingo. Era mi horario favorito ya que nadie se acercaba allí ese día excepto los que se exigían tanto de sí mismos como yo, y nos manteníamos los unos fuera del camino de los otros. Era un tanto extraño qué tan silencioso se encontraba el distrito financiero los domingos. De lunes a viernes definitivamente lo compensaba.

Volví a casa para poder prepararme para mí 'cita'. Vaughn me recogería en quince minutos y no quería que subiera a mi apartamento, por lo que le recibiría en el vestíbulo. Sentía las nauseas alzándose en mi garganta. Quizás todas las vanas esperanzas de enfermar para poder cancelar la cita de ese día finalmente habían funcionado y mi subconsciente me había dado un violento caso de gripe estomacal. Un caso de E-Coli no estaría mal. Tal vez algo de Fiebre Escarlata.

No quería hacer esto. Odiaba sentirlo otra vez, prepararse para una cita, saber quién viene a buscarme, tener expectativas de qué tal irá todo. Nunca quería pasar por esto otra vez. Dolía tanto… ¿Y si intentaba tomarme la mano? Sólo recordaba manos frías entrelazadas con las mías y no quería que las de ningún otro cambiara ese recuerdo.

A veces me preguntaba si mi memoria era de verdad un colador, como Edward había dicho. Así como me esforzaba tanto en no pensar en él, también intentaba no olvidar. Mi mayor miedo era que todo se iría, que lentamente empezaría a dejar de recordar. Le maldecía con frecuencia por haberse llevado las fotografías cuando se había ido pero parte de mí sabía que las hubiera mirado demasiado seguido. No podía pensar en él, pero tampoco tenía que olvidarlo.

Prohibiéndome recordar pero aterrada del olvido; había sido un modo difícil de vivir.

Estaba yendo y viniendo en el salón con mis brazos envueltos instintivamente alrededor de mi cintura, intentando decirme a mí misma que serían tan sólo unas pocas horas y luego no tendría que verle otra vez, cuando el timbre sonó -demasiado pronto- y me dirigí al vestíbulo.

Fui bienvenida otra vez por esa sonrisa de victoria de partido. Estaba usando un pálido traje de Levi's que le favorecía bastante, holgado en los sitios correctos y que usaba de una manera que le hacía lucir cómodo. Calzaba unas bajas botas negras y una camisa azul oscuro con botones al frente, bajo la cual podía verse una camiseta blanca. La oscura hacía que sus ojos azules lucieran tan opacos que eran casi negros. Tragué saliva con dificultad y en lugar de eso miré sus musculosos brazos.

Una hora más tarde caminábamos por un camino bordeado de árboles que se dirigía al Central Park. Vaughn había comprado un bocadillo, cálido y de buen sabor. Los niños jugaban en la plaza cercana y había gente sentada en los banquillos que adornaban el camino. Era un precioso día de otoño y las hojas estaban en el apogeo de su cambio.

Siempre que veía una hoja cambiando de color, mi mente siempre viajaba a aquel otoño de hacía siete años, el otoño del que no recordaba nada.

Vaughn volteó su rostro hacia mí.

- Durante la temporada mi vida es bastante intensa. Tengo una reunión temprano al amanecer y debo estar en el estadio a las tres de la tarde de mañana. Espero que no te moleste que no haya planeado nada más elaborado que una caminata por el Central Park, sólo quería conocerte y ésta parecía el mejor modo - explicó.

- El fútbol es bastante parecido a los negocios - dije, cínica.

- No estás para nada lejos de la verdad - respondió, soltando el aire de golpe.

Había vivido cruzando el parque por dos años y nunca antes había estado aquí para algo que no fuera correr. No recordaba la última vez que había salido sólo por el placer de hacerlo o para mirar un árbol.

Usaba una cazadora ligera que había resultado ser perfecta, caminando con las manos en los bolsillos para no darle ninguna oportunidad. Gradualmente, la conversación comenzó a distenderse.

- Gracias otra vez por aceptar verme hoy - dijo antes de dar otro mordisco.

- Es la tercera vez que me lo has dicho - repuse.

- Bueno, luego del viernes por la noche en la cena… - rió, sacudiendo la cabeza -. Te vi entrar y me robaste el aliento - me miró y sonrió -. Luego vi cómo durante toda la velada rechazabas a cada hombre que se te acercaba. Fueron diecisiete en total.

- ¿Los contaste? - pregunté, sorprendida.

- Creo que les has bajado varios puntos a su masculinidad a varios de ellos - dijo haciendo una mueca. Sonreí -. Era mucho más intrigante verte a ti en vez de estar en esa aburrida fiesta. Estaba muerto de miedo de acercarme pero, como dije, hubiera lamentado toda mi vida no haberlo hecho - rió entre dientes un poco antes de continuar -. Además la última temporada enfrenté a la entera línea defensiva de los Chicago Bears y viví para contarlo. Eso me dio coraje - se detuvo para mirarme y le imité. Iba a decir algo más -. Casi me fui sin hablarte pero luego pensé en cómo rechazaste a cuatro estrellas de cine, dos productores, un senador, un famoso diseñador, un juez de la corte federal, cuatro jugadores de los Yankees, tres de los Knicks y al dueño de Los Giants, mi jefe. Pensé que si también me rechazabas, al menos estaría en buena compañía.

Le observé fijamente un momento antes de volver a caminar.

- Tal vez malinterpretaste mis acciones. Estaba haciéndoles un favor al negarme, no soy ningún premio, ninguna diversión.

Me alcanzó y dijo:

- ¿Ninguna diversión? Yo me estoy divirtiendo.

- Estás divirtiéndote a mi costa, no conmigo - sonreí levemente.

Se detuvo y me miró de nuevo. Comió el último bocado y mientras masticaba tomó mi mano, sacándola de mi bolsillo, comenzando a guiarme fuera del camino, hacia el césped. Era cálida, fuerte y grande. Tragué saliva con dificultad ante los recuerdos que comenzaron a filtrarse a través de mis defensas. Me resistí a seguirle e intenté clavar mis pies en el suelo. Se volteó, tragando el bocado.

- Ven al carrusel conmigo.

Miré atrás de él y, efectivamente, pasando los árboles a través del claro, había un carrusel. Intentó tirar de mí otra vez.

- ¿Carruqué…? No, es decir, es ridículo. Es para niños - protesté.

Se volteó otra vez y siguió tirando de mí.

- ¿No tienes todavía una pequeña niña adentro tuyo? ¿No hay una parte de ti que no quiere crecer, que no quiere envejecer?

Retrocedí. Cerré los ojos ante el dolor de lo que había dicho. Una vez había conocido a un chico que nunca se haría mayor y que me dejó para nunca volver.

Vaughn pudo sentir que algo había cambiado. Se detuvo y volvió a mirarme.

- Isabella, ¿estás bien?

Escuché la voz de Simmons en mi cabeza. 'Estás viva'.

- Si, estoy bien - dije con tono suave, asintiendo débilmente -. Vamos.

Dimos tres vueltas en el carrusel e intenté con todas mis fuerzas encontrar una parte de mí que estuviera viva.

El lunes a la mañana Simmons me encontró en las puertas giratorias que daban entrada a nuestra torre de oficinas.

- Lo que sea que hayas hecho con Thomas Vaughn, continúa. ¡Estuvo increíble en el juego de anoche! - dijo.

Le fulminé con la mirada y le gruñí a mi café de Starbucks. Había tenido un sueño extraño la noche anterior del cual había despertado a las cuatro y, como no había manera de que volviera a la cama, me había levantado para ir a correr. Hice nueve kilómetros y aún no podía sacarme el sueño de la cabeza. No estaba de humor para hablar sobre Vaughn.

- Buenos días, Señorita Swan - saludó una de los internos mientras me dirigía mi oficina.

- Grrrr - fue todo lo que pude responder.

Se apretujó contra la pared e hizo una mueca mientras yo me alejaba.

Soñar con cosas indeseadas no era modo de empezar el lunes a la mañana. Pasé junto al escritorio de mi secretaria, agradeciendo que Sally no llegara hasta las ocho. No estaba de humor para escuchar su tedioso parloteo. Entré a mi oficina y tomé un par de cosas de mi escritorio antes de partir hacia la sala de conferencias. Hoy tendríamos una reunión con nuestros principales contables. Siempre se realizaba a mediados de octubre para comprobar los resultados de aquel año y establecer objetivos para el siguiente. No había descansos en Berkshire-Hathaway; si lo hacías, aquellos corriendo atrás tuyo te aplastarían hasta la muerte.

Entré a la sala y tomé asiento, sacando mi laptop parar tipear las notas incluso aunque tuviera a una asistente personal sentada a mi lado que escribía cada palabra hablada. No confiaba en nadie para conservar la información que consideraba más importante.

El señor Hathaway entró y todos en la sala se pusieron de pie. Recibió una entusiasta ronda de aplausos de los contables. Lo merecía, había hecho ganar billones este año. Alzó la mano para detenerles y comenzó su preparado discurso.

- Me gustaría agradecer a todos por su dedicación en la compañía durante el pasado año. Hemos tenido un crecimiento sin precedentes… - siguió hablando pero, aunque intentaba, no podía sacar de mi cabeza el sueño.

Usualmente soñaba sobre cosas del pasado, cosas que intentaba contener con tal esfuerzo en mi mente que no tenían otra opción más que resurgir mientras dormía. Tantas veces había soñado que estaba perdida, corriendo en la oscuridad sin idea de a dónde ir, qué dirección tomar… Pero esta vez, fue completamente diferente.

Estaba de pie sobre el hielo, hacía frío y podía ver mi aliento cada vez que exhalaba. En este sueño no estaba perdida. Estaba tan desesperadamente intentando correr hacia alguien, pero no podía moverme… La superficie era tan resbaladiza que me mantenía en el mismo lugar y aún así mis pies continuaban deslizándose cada vez que intentaba pararme. Se sentía tan real que podía palpar el hielo frío y agudo bajo mis palmas mientras ponía las manos para intentar atajarme cada vez que caía. Estaba tan ansiosa por poder correr, encontrar a esa persona…

Entonces escuché una voz familiar decir 'Bella, te quiero'.

- …Y ahora pasamos a la señorita Swan - volví a la realidad cuando escuché mi nombre. El señor Hathaway se acercó hasta quedar justo a mi lado, apoyando una mano en mi hombro -. Nunca en toda mi carrera he visto tanta dedicación y tenacidad en una persona. Desearía que mi socio, Franklin Berkshire, pudiera haberla conocido. Ha sobrepasado todas las expectativas que tenía y estoy ciertamente alegre de haberla conseguido antes que los de Baxter, Tubman & Cohen pusieran sus manos en ella, o de otro modo hoy en día estaríamos temiéndola en lugar de disfrutar sus logros.

Hubo un escaso segundo de risas amables. Pensé que había terminado a juzgar por la pausa y, aliviada, me encogí un poco en mi asiento, cuando de repente volvió a hablar sobre mí otra vez.

- Algunos en esta sala saben lo que voy a decir. Lo he discutido con todos los principales contables y el representante legal y la decisión es unánime. A partir del primero de enero del siguiente año, esta compañía ya no será conocida como Bershire-Hathaway sino como Berkshire-Hathaway-Swan.

Altos aplausos y gritos resonaron en la sala. Estaba atónita. Mis ojos se dilataron y mi boca se entreabrió cuando lo que había dicho tomó significado: una de las más grandes compañías del mundo portaría mi nombre. Haría ganar millones al año, iba a ser una de las jugadores de mayor proporción. Esta era la clase de cosas que merecen una foto en la primera plana del New York Times, Fortune Magazine, Money Magazine, Time y Newsweek. Mi futuro estaba planeado y, además, cuando esto fuera anunciado, estaría tan ocupada con cualquier interferencia externa que no podría salir con Vaughn ni con nadie más.

Me puse de pie y el señor Hathaway estrechó mi mano.

- ¡Sí! - grité, alzando un puño en el aire.

La ronda de aplausos comenzó otra vez.

Simmons y yo estábamos en Chicago siguiéndole el rastro a 'C'. Luego de un montón de investigaciones y sobornos ilegales, logramos extraer ciertos archivos que demostraban que la Corporación C había dado inicios en esa ciudad.

Al parecer, en 1906 'C' había tenido su primer acción como compañía invirtiendo en coches de carga viajando desde Illinois hacia el noroeste del pacífico, hasta Alaska. Fruncí el entrecejo mientras leía los expedientes financieros. No había duda de que este hombre había sido inteligente; sabía que era hombre porque en ese entonces las mujeres no tenían permitido poseer o vender propiedades con tal libertad. Cada transacción, cada documento, estaba rodeado del más profundo secreto. Estaba impresionada y frustrada a partes iguales ante este misterioso hombre.

En 1920 parecía que había dos hombres trabajando juntos aunque uno no era tan frecuente en las operaciones del día a día como el otro. De hecho, al parecer por un largo período de años uno de ellos había seguido su propio camino. Luego, en las décadas de 1930 y 1940, había al menos cuatro personas involucradas.

¿Cómo se las habían arreglado para mantener todo en tal secreto?.

- Simmons - dije -. Uno de estos hombres en algún punto debió hacer una llamada telefónica de una línea registrada, utilizar una computadora que pueda rastrearse o hablar con una persona en carne y hueso que pueda darnos información - bajé la mirada a la lista de compañías. Había al menos trescientos con las que estaban involucrados y yo tenía cuarenta y cinco internos a mi disposición. Me volteé para mirar a Simmons -. Quiero que dividas la lista de nuestros empleados. Cada uno investigará al menos tres compañías al menos por un mes para obtener la información necesaria que estamos buscando. No me importa si es una huella digital en un trozo de papel que 'C' pueda haber tocado o si alguien lo vio allá en 1972. Quiero todo lo que puedan conseguir - me había puesto de pie, caminando de un lado a otro con ansiedad. Me giré otra vez hacia Simmons -. Dile a los internos que al que encuentre una pista valiosa le recompensaré cuando mi nombre sea colocado en el edificio. Recibirá un ascenso y un salario que apenas pueda imaginar.

- ¿Pista valiosa? - Simmons alzó las cejas -. ¿Qué somos? ¿Niños de ocho años?

Le fulminé con la mirada.

- ¡Sólo hazlo! - gruñí.

Se sobresaltó y estaba abandonando la habitación para comunicar mi encargo cuando se volteó para mirarme otra vez.

- Entonces, ¿cómo va la cosa entre tú y Vaughn?.

- Nada - murmuré.

- Saliste con él otra vez, eso es bastante - dijo con entusiasmo.

- No voy a verlo de nuevo - repuse con decisión.

- ¿Fue tu elección o la suya?

Había salido con Vaughn una vez más luego de nuestra caminata por el Central Park. Me había llevado a cenar al muelle en un yate. La cita había estado perfecta, la conversación relajada e interesante y él se veía muy guapo en su traje. Habíamos bailado una canción lenta de una banda de entre los años 1940 y 1950, hablando y sonriendo, cuando de repente el grupo comenzó a tocar una canción que ya había escuchado una vez antes.

Era verano y la lluvia susurraba en el exterior mientras leía Orgullo y Prejuicio en mi sofá. Él tocaba el piano y, súbitamente, la melodía cambió. Comenzó a cantar para mí con su voz aterciopelada; las palabras eran hermosas e inolvidables y las notas aún revoloteaban en el aire cuando se acercó hacia mí en el sofá. Besó las lágrimas de mis mejillas y probó una de ellas, apartándome con suavidad el libro de mis manos y apoyándolo en el suelo mientras, lentamente, se inclinaba hasta presionar sus labios contra los míos.

Me tensé y encajé los dientes. Las heridas sin curar de mi pecho parecían palpitar y sangrar; tenía los ojos vidriosos y me tragué la emoción con dificultad. Vaughn nunca supo qué pasó pero, para mí, la noche había terminado.

Continuamos con la charla y sonreí cuando me llevó al vestíbulo. Cuando intentó besarme como despedida, giré el rostro de modo que ofrecí mi mejilla y me precipité al elevador.

Me desperté a las cuatro y corrí diez kilómetros. Vaughn llamó luego aquella mañana, dos veces en la tarde, una vez más durante la noche y otra última vez antes de su juego del domingo. Nunca respondí el teléfono.

- Fue mi elección - espeté.

- Bueno, eso explicaría lo mal que jugó el domingo. El entrenador lo sacó y no jugó ni siquiera el último cuarto.

- No me hagas responsable por cómo juega - le fulminé con la mirada -. Tú eres el culpable de que hayamos salido en primer lugar, sabiendo cómo terminaría todo.

- Bueno - asintió, de acuerdo - había esperado que encendiera alguna pequeña chispa adentro tuyo.

- Tengo mucha chispa - siseé -. Ahora ve al teléfono y habla con los internos antes que le ofrezca a uno de ellos tu trabajo.

- No podrías pagarle lo suficiente para que te soportara - bromeó.

Me volteé y le lancé una mirada amenazante. Se marchó.

Al menos, buscar a 'C' le había dado a mi mente algo en lo que pensar. Estaba dedicando a esto todo mi tiempo, era justo lo que necesitaba para apartar mis pensamientos de él.

Esto se había convertido en una bien recibida distracción.

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Hola chicas les quiero decir que este fic no es mio..ni siquiera lo traduci yo sii,solo que me gusta mucho y quiero compartirlo con ustedes !!

Sabes yo tambien voii por el capitulo tres asique dejare mi comentario del mismo en el capitulo 4 o de ultima a continuacion !!!xD besso y espero que les agrade la historia tanto como a mi !!

LAP

Lista de imperfecciones por Bella Swan,capítulo 11:Miembro honorario.


Capítulo 11: Miembro honorario.

— Bella — el cuaderno era lo mas importante que tenia frente a mi — Oh vamos Bella — lamentablemente había olvidado el lápiz de tinta así que tengo que usar el grafito.

— Rayos — sisee, cuando me di cuenta de que el maldito lápiz no tenía punta.

— ¿Bella? — Suspire un par de veces antes de sacar el sacapuntas de mi mochila, me gire y le di una mirada de reojo a mi compañero de banco, el cual me estaba irritando; y mucho.

— Por ultima vez, cállate — eso fue todo lo que necesite para que la 'mosca Edward' me dejara en paz por el resto de la clase de biología.

En realidad, no tenía ni la más minima idea de que hablaba el señor Banner. Sip, lo admito, solo lo hacía como una excusa para no hablar con el; además, ¿Qué se supone que le dijera? ¡Lo se! Debía actuar con maldita normalidad, pero me superó. Todo lo que estaba pasando superaba a mi pobre cabeza y me hacia colapsar, literalmente. Yo no estaba hecha para tanto drama, pero nadie entendía eso.

Tome los libros rápidamente cuando el timbre sonó, mire de soslayo a mi querido compañero; que por cierto no se había movido un milímetro, me pregunto que demonios quiere Edward de mi ¡¿No puede dejarme tranquila aunque sea un maldito día para despejar mi atestada mente? No, creo que no podía. Juro que trate de pasar por su lado sin molestarlo, es más, incluso pensé darme la vuelta por el banco de atrás, pero se vería muy sospechoso. De todas formas, nada paro a Edward para que agarrara mi brazo y no me dejara cumplir mi cometido de 'llegar sana y salva a la puerta del salón'

— ¿Me vas a hacer 'la ley del hielo'? — me pregunto con tono burlón, rodando sus ojos cuando dijo la ultima parte. Jale mi brazo para alejarlo de su maldito tacto que hacia estragos en mi mente. Lo miré y sonreí irónicamente antes de pasar por su lado, directo a mi salvación, en otras palabras, fuera del salón — Esto no se quedara así Bella, sabes que puedo ser muy insistente — el gesto obsceno que le hice con mi dedo medio fue suficiente para tener su silencio...aunque fuera por ahora.

Como era de esperarse los pasillos estaban colapsados por los estudiantes que corrían de un lugar a otro para llegar a sus clases. Nunca entendí porque tanto alboroto para entrar a una clase, perfectamente se puede caminar, sin tener la necesidad de ir golpeando todo a tu paso y regalando mochilazos al mundo, como lo venía haciendo Lauren. Me apegue lo más que pude a la pared, tratando de esquivar los golpes asesinos que hacia con su bolso Louis Vuitton ¡Ja! Después de pasar casi una vida junto a Alice, algo de moda tengo que saber ¿no?

— ¡Ah! ¡Quítense! — chillo con esa voz que hacia resonar mis pobres oídos — Malditos estúpidos — siseo entre dientes. Era mi imaginación o ella tampoco estaba en su mejor día. Y para mi mala fortuna poso sus ojos en mi — Bella cariño, catorce días — me guiño un ojo y sonrió espeluznantemente.

Suspire, arrastrando mi espalda perezosamente por la muralla hasta dar contra el frío suelo del pasillo. Ya casi no quedaba gente, y por alguna extraña razón mi cabeza daba vueltas y vueltas. Puse mi mochila contra mi pecho y respire un par de veces antes de poner de pie y caminar a mis otras clases: Matemática, todo con normalidad, no aprendí nada y lo único que pude deducir fue que la 'x' se reemplazaba por algo; Lengua, pan comido. Y finalmente me infierno, alias, Gimnasia.

— ¡Swan! — Demonios, me puse de pie y camine donde el entrenador O'Connell — ¿Y su pareja? — me pregunto cuando llegue a su lado, con ese volumen tan bajo de voz. Jo, algo característico de el. Rodé mis ojos ¿Es que acaso no sabía que todos huían de mí en esta clase?

— Aquí esta entrenador — Quise golpear su maldita quijada para borrar esa sonrisa de 'te lo dije' que tenia pintada. Suspire y me cruce de brazos, el entrenador apretó mi hombro ligeramente y sonrió.

— Bien Cullen — le guiño un ojo y siguió, no entendí porque demonios hizo eso — ¡Ahora, empezaremos con Tenis! — grito, acaparando la atención de todos. Gemí ¿Tenis? Oh Dios.

— ¿Pa-para que quieres ser mi compañero? — le pregunte a Edward, que se había quedado a mi lado.

— ¿Me estas hablando? — me pregunto, con fingido asombro. Bufe y le di la espalda — Um, porque no tenias compañero — dijo despreocupadamente — Además, te dije que no se quedaría así — agregó. Rodé mis ojos y comencé a caminar a donde se encontraban las raquetas.

Quería con todas mis fuerzas que una de esas bolas se estrellara justo en su preciosa cara. Ouch, le iba a doler, y mucho.

Tome la raqueta entre mis manos, con una fuerza que nunca pensé que tenía. Uno, dos, tres, arroje la pelota de tenis al aire y trate de darle con la raqueta; falle penosamente, escuche una pequeña risita a mi lado pero no les preste atención. Volví a hacer lo mismo que había hecho anteriormente y cerré mis ojos por si golpeaba a alguien ¡A quien mierda iba a golpear si no le daba a la pelota! Bufe y me prepare nuevamente, me quede de piedra cuando sentí a alguien tras de mi rodear mis brazos con los suyos.

— Estas agarrando mal la raqueta, Bella — susurro a mi oído. Yo solo escuchaba un maldito zumbido, las manos de Edward sobre las mías me tenían los pelos de punta. ¿Dije que me había sonrojado? Bueno, lo digo ahora.

— Um, mhm — ¡Oh wow! Pero que vocabulario más amplio. Tan cerca de mi oído se encontraban los delic-lo labios de Edward que pude sentir la estúpida sonrisa que se asomo en ellos.

— Pon tu mano aquí — Guió mi mano derecha a la parte inferior del mango de la raqueta y la otra la sostuvo entre sus manos, dejándome mas embobado que antes — Ahora, ten la pelota — me entrego la pelota con la otra mano libre — Tírala — arroje la pelota al aire, y en un movimiento preciso; gracias a la ayuda del brazo de Edward, golpee la pelota con fuerza ¡Y paso la bendita red!

— ¡Yay! — chille arrojándome a los brazos de Edward. Me tense cuando me di cuenta de lo estúpida que había sido, me aleje rápidamente ante su mirada confusa y carraspee — Um, gracias — mi vista fija en mis zapatos.

— De nada — dijo, y se alejo de mí.

Estuvimos jugando hasta que el entrenador dijo 'basta', o sea, al final de la clase. Edward me dejaba ganar la mayoría del tiempo, y yo alegaba por eso a lo que el respondía con una simple sonrisa. Hubo una vez donde se cumplió mi deseo, la pelota dio directo en su cabeza; Jum, en vez de reírme, como quería hacerlo, corrí a ver si se encontraba bien. El chichón en la frente de Edward me hizo sentir culpable por el resto de la mañana.

— ¡Pero que demonios te paso ahí! — chillo Emmett con exageración apuntando la frente de Edward.

— Me golpearon con una pelota de tenis — contesto el aludido simplemente — En fin, me lo merecía — me dio una rápida mirada y siguió con su comida. Suspire jugando con la manzana que tenía entre mis manos.

El almuerzo paso sin mayores preocupaciones. Por alguna extraña razón Rosalie pasaba su mirada de mi a Edward repetidas veces, una vez la pille mirándome con cara de 'aquí hay algo que yo no se' y alce una ceja, tratando de llamar su atención y ver que demonios le pasaba. Claro, la rubia sonrió y se encogió de hombros, enfrascándose en una conversación de autos con Emmett y Edward.


Bien, mi cabeza rememoraba el beso con Edward como una película muda, todo pasaba en cámara lenta y debo admitir que a pesar de que no quería aceptarlo, este idiota besa sensacional. Hum, aunque si me pongo a comparar aquel beso de La Push, con el que me dio en la cocina de mi querido hogar; Sip, definitivamente el primero fue mucho más dulce el segundo fue más, como decirlo, una necesidad.

¿Quién no se tentaría teniendo esos malditos labios tan cerca de los suyos?

— ¡Señorita Swan! — Respingue ante el grito del profesor — Déme la respuesta — Mierda, ¿Respuesta de que? Me enderece en la silla y carraspee incomoda.

— Um, eh, ¿Dos? — solté sin pensarlo, la clase entera se largo a reír y mis mejillas iban a explotar de tan rojas que estaban.

— No, esa no era la respuesta — El señor Garner m miro con enfado y continuo con la clase, después de darme una advertencia — Próxima vez y la saco del salón — Asentí patéticamente.

Comencé a tamborilear mis dedos sobre la mesa, la mirada insistente de Mike me estaba sacando de quicio ¿Por qué tenía que ser el mi compañero de banco en la clase de Historia? Hubiera preferido mil veces a Lauren...Ok, no, no lo hubiera preferido. Un incesante 'temblor' en mi pierna me llamo la atención, luego de un segundo capte que se trataba de mi telefónico celular, lo saque mirando al frente para que el señor Garner no me regañara nuevamente.

Hey Bells, ¿Así que te gusta Edward? Hablaremos de eso luego, y no, Alice no sabe pero se enterara. Es Alice.

R.

— ¡Mierda! — chille, tapando mi cara con mis manos ¿Cómo se había enterado Rose? Las pequeñas risitas que se escuchaban me alarmaron de que...lo había hecho de nuevo, había pensado en voz alta y para desgracia mía el profesor caminaba con una mirada nada grata — No se preocupes, ya salgo — le dije poniéndome de pie, caminando avergonzada a la puerta del salón.

Rose, Rose, Rose, mi querida Rose.

Suspire mientras caminaba por los desolados pasillos ¿Cómo se había enterado Rose? ¡Yo actuaba con normalidad! Bueno, tampoco fue una afirmación, así que simplemente puedo decirle que esta loca e imagina cosas, es más puedo decirle que fue una estupidez que creo su cerebro, una alucinación. Bien pensado Bella.

En el lugar donde se encontraban los casilleros, había una pequeña puerta que tenía los artículos de limpieza. La verdad es que ahora mismo estoy pensando que no solo hay artículos de limpieza. Los raros sonidos que se escuchaban desde el otro lado de la puerta despertaron mi curiosidad, pare frente a la puerta y conté ¡Uno, dos tres! La puerta estaba abierta.

Hmpf, soy la persona con peor suerte que ha pisado la tierra.

— ¡Lo siento! — chille, volviendo a cerrar la puerta de un golpe y prácticamente saliendo espantada del lugar.

La cara de Edward era todo un poema cuando lo pille in fraganti.

No puedo decir lo mismo de Jessica. Oh, la muy bastarda tenia una sonrisa de mil colores; no se de donde saque eso. En fin, Edward y Jessica se comían sus bocas en el armario de la limpieza y por una extraña razón, no tan extraña, me hervía la sangre al ver que otra chica...

Jo, como si fuera la primera vez que lo viera con una chica.

Madura, Bella, madura.

Seguí mi trayecto y me quede en la cafetería, las señoras que te daban las asquerosa comida se encontraban en la cocina y una agradable música salía desde allí, me acerque a la mesa más cercana y corrí la silla para quedarme ahí hasta que acabara la hora.

— ¡Bella! — ¿Qué no podía simplemente ir a clases? Bufe cuando lo vi parado en la puerta de la cafetería, decidido a hablar conmigo. Cosa que yo no quería del todo ¡Esta bien! No quería hablar nada con el — Um, ¿Estas bien? — me pregunto, corriendo cuidadosamente la silla que estaba a mi lado para tomar asiento.

— Si Edward, estoy bien — respondí con cansancio. Apoye mi frente contra la mesa, si el no estuviera aquí estaría dándome cabezazos con la superficie.

— Bella, yo...— escuche un suspiro y después le siguió el silencio. Rodé mis ojos.

— ¿Me has explicado alguna vez porque te besabas con una chica? — ladee mi cabeza, mi mejilla estaba ahora contra la mesa, para verlo mejor. Edward negó — Bien, ¿Por qué quieres hacerlo ahora? No es como si me importara que te besaras con todo el mundo — agregué, restándole importancia; muy mal por cierto — Incluyéndome...— callé cuando me di cuenta de lo que había dicho, y volví a azotar mi frente con la mesa.

Tonta Bella, tonta.

— No — comento, algo enfadado — Bella, tú no eres...

— Oh vamos, ¿Me vas a venir con toda esa mierda de 'No eres como las demás' solo porque soy tu amiga? — pregunte sarcásticamente. Edward me estuvo observando por un largo momento, y como si yo escuchara el 'clic' que hicieron los cables en su cabeza, una lucecita se prendió en sus ojos. Aquel maldito brillo.

— ¿Estas celosa? — me pregunto, picando mi costado con uno de sus dedos. Bufe y escondí mi rostro entre mis brazos, lo cuales estaban cruzados sobre la mesa, para que no notara mi sonrojo.

¿Celosa, yo? ¡En tus sueños!

Eh, si, claro, sueños.

— ¿Celosa? ¡Ja! ¿Por qué tendría que estar celosa? — comenté, viéndolo a través de una pequeña abertura, Edward sonrió torcidamente y se acerco a mi oído.

— Um, si quieres que te bese solo tienes que pedirlo — susurro — No me quejare — finalizo acrecentando su boba sonrisa.

— No gracias — me puse recta en la silla — No quiero que un chico — dije, viéndolo con una ceja alzada — Que besa a todas las chicas del instituto me bese a mi también — sonreí irónicamente — Gracias por tu oferta — Edward se cruzo de brazos y alzo una ceja.

— Si mal no recuerdo — comenzó, frunciendo sus labios — No protestaste cuando lo hice en la playa — me miro fijamente con sus ojos esmeralda — Ni en la cocina de tu casa. Es más — se inclino hacia delante — Sé que lo disfrutaste — su sonrisa torcida cambio para dar paso a una de satisfacción ante mi maldito mutismo.

Que no duro mucho, porque una brillante idea se cruzo por mi cabeza.

— Lo admito — suspire teatralmente — Algo me poseyó la primera vez estoy segura — Edward rodó sus ojos — Pero...— sonreí por inercia — Debo decir que la segunda vez, um, bueno. No era a ti a quien besaba precisamente — Edward frunció el ceño sin entender. Ouch, justo en su orgullo — ¿No te comente del chico pizza? — Wow, sus ojos llamearon — Lamento matar tu ego y herir tu orgullo Edward, pero sí hay alguien mas guapo que tu y créeme que daría cualquier cosa por un...

No pude seguir hablando ya que los labios de Edward atacaban los míos ferozmente. Esto se estaba saliendo completamente de mis manos. ¿Qué hacer cuando el chico por el que estas, literalmente, trastornada te besa? Opción uno: corresponderle de la misma forma; Opción dos: alejarte, porque minutos antes estuvo con otra chica y quien sabe que otras cosas aparte de besos estaban haciendo.

— ¡Oh santa mierda! — Esa voz, Oh no. Me separe de Edward como si fuera la persona más infecciosa del mundo y yo no quisiera contagiarme, mire su estúpida sonrisa antes de girarme y ver a Lauren parada en la puerta de la cafetería — ¡Tú! — chillo, apuntando a... ¿Edward? — Primero te vas con Charlotte a las gradas, luego te quedas con Jessica en el armario de la limpieza ¡Y ahora te besas con Swan! ¡Swan! — Sus ojos azules estaban clavados en mí — ¿Cómo ves? También has caído ante los encantos de Edward Cullen — Sonrió irónicamente y aplaudió — Felicidades cariño, eres una mas de nosotras — Y desapareció por la puerta.

Rememoremos.

En un solo día estaba: Charlotte, Jessica y... ¡Oh! Bella.

Ahora, en una vida escolar podíamos encontrar a: Kate, Charlotte, Lauren, Jessica, Ángela, la chica del club de ajedrez, la chica de la limpieza y quien sabe quien más...pero esperen, creoq ue me olvide de una ¡Oh si! la idiota de Bella.

Fantástico, realmente fantástico. Y pensar que mi primer beso fue robado por Jacob, luego lo siguió el idiota que tengo frente a mí y que me mira con preocupación y cautela. ¿Cuántas chicas no habían probado ya sus malditos labios? ¿Por qué rayos me hace esto a mí? Lo sé, todo es mi culpa. Así que ahora en mi boca estaba la saliva de Charlotte y Jessica, puaj. Las demás chicas no porque, ¿Se lava los dientes, no?

— ¿Bella? — mi nombre llego desde la lejanía, no me di cuenta que golpeaba mi frente frenéticamente contra la mesa. Ouch, me quedaría rojo luego.

— ¿Si? — respondí con todo mi autocontrol para no romperle la cara ¡No era su culpa! El no sabía lo que me hacían sus estúpidos besos.

— Um, sí lo disfrutaste — murmuro arrogantemente ¡El maldito estaba orgulloso de si mismo! — Como dijo Lauren, nadie se resiste a mis encantos — me guiño un ojo y se puso de pie — ¿Aún piensas lo mismo del 'chico pizza', cariño? No lo creo — y siguió el mismo camino que Lauren, dejándome ahí en la cafetería como una idiota.

Gemí de frustración.

Después de años de estar criticando a las 'Fan Girls' de Edward.

Jo, ahora yo era un miembro honorario del club.

Mhm, les pediré una camiseta si es que tienen.


8. Arrogancia: Tranquilas, busque el significado y no, no es lo mismo que egocentrismo, solo tienen un leve parecido ¿Y que más se le puede hacer? El chico valora su orgullo más que nada, es más, cree que el mundo gira a su alrededor y como si fuera poco, sonrie arrogantemente cuando se da cuenta de que su comentario esta por encima de la basura que tu dijiste.

Esta era una, um, pequeña nota mental de lo que debía anotar en casa.

Sinceramente la lista era algo personal, todo lo que salia alli eran tipos de experiencias propias junto a Edward.

Hmpf, de todas formas, aún estaba pensando en tener una camiseta '¡Go Edward!'', era mi sueño.

Dios, como amo el sarcasmo.

Me levante de la silla y salí camino al pasillo, el timbre ya había sonado y yo ni enterada. Si la señora de la cocina no me avisa, en una de esas y me quedaba encerrada en el colegio. Caminaba tranquilamente hasta mi casillero, cuando, por esas malditas casualidades de la vida... Me tope con Rose. La gran sonrisa que adornaba su rostro fue lo que me trajo a la dura y cruel realidad.

Vi mi vida pasar delante de mis ojos en un misero segundo cuando recordé el mensaje.

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Hola mis amores ..aqui ya le decimo primer capitulo de Lista de imperfecciones por Bella Swan !!Me encanta como fluye por ahora la historia ..si lo se tanto Bella como Edward en este fic estas muy safados de la cabeza jajajajjj xD y lo peor es que son unos par de ciegos !!

Okis niñas quiero sus comentarios porfass !!Besso y se cuidan

LAP